Las siestas cortas durante el día ayudan a la productividad y el bienestar, según un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). En cambio, la investigación indica que dormir más por la noche no mejora la productividad laboral, los ingresos, la sensación de bienestar ni tampoco la presión arterial de las personas.
Contrariamente a lo que se cree que dormir produce mayor energía, control emocional, mejor sensación de bienestar y calidad de vida, y mejor rendimiento laboral, la investigación concluye que dormir más no es necesariamente suficiente para lograr estos beneficios.
El estudio se basa en un experimento con un grupo de trabajadores de Chennai, en la India, donde les examinaron durante sus rutinas diarias normales y lograron aumentar el sueño de los participantes en media hora por la noche. Sin embargo, "estas intervenciones de sueño nocturno no tuvieron ningún efecto positivo en ninguno de los resultados que medimos", detalla el autor de un artículo sobre los hallazgos del estudio, Frank Schilbach.
Los investigadores del estudio encontraron que aquellos que dormían por la noche con interrupciones o circunstancias difíciles sufrían más consecuencias durante el día. Lo que concluye que mejorar la calidad del sueño podría ser más importante que aumentar la cantidad total de sueño de baja calidad.
¿Cuánto debe durar una siesta?
Se dice que una siesta de 10-15 minutos puede mejorar el estado de alerta, el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo casi inmediatamente después de despertar. Estas son siestas energéticas porque al despertar no se experimenta ningún sentimiento de lentitud o somnolencia porque no se ingresa en un estado de sueño profundo.
Beneficios de dormir la siesta
La Fundación Española del Corazón detalla que la siesta tiene beneficios físicos y mentales constatados por la ciencia.
Previene las cardiopatías. Ayuda a disminuir en un 37% el estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Reduce la tensión arterial. Un estudio de Allegheny College de Pennylvania (EE.UU.) demuestra que quienes duermen una siesta de 45 minutos tras un día de estrés ven disminuir la presión arterial y el ritmo cardíaco.
Facilita el aprendizaje. Un estudio de la Universidad de Berkeley asegura que quienes duermen la siesta rinden más por las tardes y aumentan en 10% su capacidad de aprendizaje.
Aumenta la concentración. El sueño facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo y deja espacio para nuevos datos.
Estimula la creatividad. Un equipo de neurólogos de la Universidad de Georgetown ha comprobado que la siesta estimula la actividad del hemisferio derecho que se asocia con esta capacidad.
Mejora los reflejos. Un estudio de la NASA a 747 pilotos demostró que aquellos que dormían una siesta diaria de 26 minutos cometían un 34% menos errores en el trabajo y duplicaban sus niveles de alerta.
Mejora el estado de ánimo. Dormir inunda el cerebro de serotonina, lo que proporciona una sensación de satisfacción y bienestar.
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