“Gaslighting" es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto hace que la persona se sienta ansiosa, confundida o incluso depresiva.
Este término, que realmente no tiene traducción al español, viene de la película clásica de Hollywood llamada "Gaslight", en la que un hombre manipula a su mujer para que crea que está loca y así robar su fortuna escondida. Él esconde objetos (cuadros, joyas) haciéndole creer a su esposa que ella ha sido la responsable, aunque no se acuerde. También atenúa la luz de gas (no había electricidad) y le hace creer que el fuego sigue brillando en la misma intensidad que antes.
Por supuesto, eso hace que la protagonista sienta que se está volviendo loca, no quiera salir de la casa, se encuentre ansiosa y llore continuamente. El esposo le advierte que dejará la relación, y la amenaza con mandarla a un doctor para que la medique o recluya. Por supuesto, el abusador sabe muy bien lo que está haciendo y casi consigue su cometido si no fuera por un investigador que descifra la situación y desenmascara al ladrón.
Aunque ésta película nos presenta un caso extremo, esta técnica de manipulación es utilizada consciente o inconscientemente en las relaciones.
Veamos algunos escenarios. Por ejemplo, tú puedes decir:
"Cuando dijiste eso me dañaste" y el abusador dice "yo nunca dije eso, te lo estás imaginando" y ahí planta la semilla de la duda.
Este tipo de manipulación es muy sutil pero peligrosa, ya que lleva a continuar relaciones tóxicas, a creer que realmente hay algo malo en nosotros, a ser inseguros y a depender de la opinión de otros. También nos puede alejar de nuestros seres queridos por temor a que nos confronten sobre tu relación.
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