La psicología inversa no está exenta de riesgos, especialmente en comunicación con niños y adolescentes. Cuando felicitas a alguien por hacer lo contrario a lo que tú has dicho, le estás enseñando a no hacerte caso, parecerá que eres una persona incongruente y que realmente no sabes lo que quieres.
Aunque honestamente creas que tú nunca lo haces, la realidad es que sí. En este estudio se demostró que es una de las formas de persuasión que más utiliza la gente, ya sea de manera consciente o no. ¡Así que ándate con cuidado cuando un amigo te diga que no hagas algo!
La psicología inversa funciona por un motivo muy simple: a muchos no nos gusta que nos presionen o digan lo que tenemos que hacer, así que a menudo hacemos justamente lo contrario para reafirmar nuestra autonomía y libertad individual. A esto, en términos psicológicos, se le llama reactancia.
La teoría de la reactancia nos dice que la gente que siente que se le está quitando el control lo intentará recuperar haciendo justamente lo contrario a lo que se le ha pedido, así que la psicología inversa funciona especialmente bien en personas que necesitan sentir que tienen el mando como los adolescentes.
Cuando la uses debes estar dispuesto a llegar hasta el final. Si la utilizas en forma de ultimátum, asegúrate de cumplir tu palabra o la otra persona comprenderá que sueles ir de farol y quizás se aproveche de eso.
¿Cuándo usarla?
Antes de nada conviene que tengas presente que las personas suelen responder mejor a peticiones directas. Sin embargo, en aquellas que se resisten al cambio o a las sugerencias es donde puedes intentar la psicología inversa como último recurso.
Si bien es cierto que los expertos todavía no han consensuado cómo usarla, sí que se pueden sacar algunas conclusiones preliminares sobre cuándo funciona mejor:
- En gente muy segura de sí misma, tozuda o con mucho ego, porque si les dices que no saben hacer algo seguramente querrán demostrarte que te equivocas. Sin embargo no es bueno hacerlo en gente con baja autoestima, ya que corres el riesgo de que realmente crean que no son capaces y los hundas más.
- En personas en un estado muy emocional. Si alguien está enfadado o incluso furioso no será tan racional y es más probable que la psicología inversa funcione. ¡Con esto no estoy diciendo que hagas cabrear a tu interlocutor antes!
- Cuando la otra persona sabe lo que tiene que hacer para llegar a tu objetivo. Si quieres que alguien adelgace es mucho más efectivo decirle “apuesto a que no puedes cenar verdura durante un mes” que no “nunca conseguirás adelgazar” porque en el segundo caso no le dices específicamente qué tiene que hacer y que tenga éxito depende de un montón de factores.
- Funciona especialmente bien en niños pequeños, aunque la verdad es que algunos adultos no se diferencian mucho 😉
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